DIOS

DIÁLOGOS CON LA FILOSOFÍA

5ª Sesión: Dios

¿Y por qué me duele tanto el mundo si yo no soy Dios?

1.- La necesidad de sentido

2.- Una constelación de sentidos y de realidades particulares: el politeísmo, su fuerza y su debilidad

3.- El monoteísmo: el desiderátum de la unificación.

3.1 Ventajas: Universalidad, conciencia y responsabilidad: el concepto de persona.
3.2 Las contradicciones.
3.3 Los argumentos.

4.- La alternativa laica. Los "sin dios".

5.- Conciliación: ¿puede ser Dios una buena idea que sirva para todos?

ACTIVIDADES

- Construir una frase que diga algo importante acerca de la presencia de Dios o de su ausencia.

- Elaborar una respuesta personal al interrogante del apartado 5.

RESUMEN


¿Porqué tratamos de Dios en estas charlas de filosofía? ¿Nos hemos pasado al bando de las religiones? ¿Pretendemos hacerles la competencia?. No, no nos hemos salido de nuestro tema. En primer lugar porque, como ya señalé al principio, nuestro tema es "el todo" y en segundo lugar porque el tema de Dios está estrechamente ligado a uno de los temas fundamentales de la filosofía (si no el tema fundamental): el sentido de la vida.
Preguntarse por el sentido de la vida (en realidad nos preguntamos por el sentido de nuestra vida) es de alguna manera preguntarse por el sentido del todo, de la realidad en su conjunto,porque la realidad solo importa en la medida en que es vivida por alguien. Ahora bien, como señala Sabater, el tema el sentido es inseparable de otro tema, el de la intencionalidad: algo tiene sentido si tiene una intención,un motivo,una meta. Es fácil poner ejemplos en el ámbito de los seres vivos, incluso en los más elementales, sus movimientos, sus transformaciones estan llenas de intencionalidad y de sentido: buscan la realización de una meta, un objetivo que se corresponde con su naturaleza y con los fines generales de su orden biológico. Por eso Aristóteles definía al ser vivo como "aquel que se mueve a si mismo".
Así pues, los seres vivos tienen su sentido dentro de ellos mismos, en su propia naturaleza. Es la vida (lo que ella supone) lo que les da sentido, por eso nuestro autor acaba concluyendo que "la pregunta por el sentido de la vida...¡no tiene sentido!". Como hemos visto, pasaba algo similar con la pregunta acerca de lo que había antes o fuera del Universo.
Y sin embargo ni Sabater como filósofo ni el más humilde de los seres humanos como tal ser humano pueden prescindir de esta pregunta. Esto pone de manifiesto nuestra situación existencial a la que ya hemos aludido en otros momentos: la búsqueda del sentido de la vida se refiere exclusivamente a nosotros, los otros seres vivos o ya lo tienen o no lo necesitan. Nuestra especie no tiene una identidad prefijada, nosotros debemos construirla y no podemos eludir esta cuestión más que cuando estemos dormidos, muertos o desquiciados.
El hecho de que la vida humana no tenga un sentido explica, como dice Castoriadis, que los resista todos. Por eso la respuesta politeísta fue la primera y la más generalizada: una constelación de sentidos que respondía a una gran variedad de realidades tanto personales (deseos, miedos, alegrías, sufrimientos...) como colectivos (los múltiples desafíos de la supervivencia en la naturaleza y en la sociedad).
El politeísmo esta ligado a los mitos y religiones más antiguas. Puede integrar mejor la diversidad, pero tiene el problema de la dispersión. 
La dispersión diluye la fuerza y a veces se necesita algo muy pode roso también en el mundo de las creencias. Los anhelos de unificación y simplicidad pueden estar así mismo detrás del éxito del monoteísmo que además tiene otras ventajas: en primer lugar está la universalidad, un Dios para todos, judíos y gentiles, esclavos y señores, también fortalece la conciencia moral con la promesa de una justicia eterna, la responsabilidad individual y el concepto de persona, todo esto se une a  su vez con el creacionismo, el finalismo y la idea de providencia.
Las contradicciones de los modelos monoteístas son múltiples, pero la principal, la que asume todas las demás, es la existencia del mal y su frecuente éxito en este mundo.
El triunfo histórico de la religión cristiana se prolonga en la fuerza del pensamiento deísta durante casi toda la edad moderna. El deísmo es la argumentación racional a favor de la existencia de Dios y tiene tres argumentos principales:
- Argumento ontológico: la existencia de Dios se deduce de la propia idea.
- Argumento metafísico: se basa en la necesidad de una primera causa y en la distinción entre seres contingentes y ser necesario.
- Argumento moral(Kant): Dios debe existir.
A partir del siglo XIX "la correlación de fuerzas" entre deístas y no deístas comienza a variar a favor de éstos últimos, al menos entre los filósofos. Al principio fueron piedra de escándalo y sufrieron el desprecio social cuando no la persecución política y legal ( ese fue el caso de B. Russell. El apelativo "sin Dios" era dirigido contra ellos como sinónimo de carencia de principios morales y falta de respeto al orden social. Hoy la situación ha cambiado pero ¿cuáles son sus argumentos?  En primer lugar afirman que la idea o la creencia en Dios no resuelve ningún problema y genera otros nuevos, y en segundo lugar se basan en la contestación a las pruebas sobre su existencia.
El argumento ontológico fue tempranamente criticado mostrando su debilidad desde el punto de vista de la epistemología y de la lógica: sólo demuestra que existe la idea de Dios.
El argumento metafísico ha sido desplazado por la Física y la Biología contemporáneas al proponer estas ciencias  explicaciones causales novedosas: evolución, fuerzas dinámicas inherentes a las partículas subatómicas y a los fenómenos cósmicos.
En cuanto al argumento moral  ofrecen el contraargumento de que la voluntad humana de hacer el bien no debe flaquear ante la ausencia de una recompensa futura, no es un cálculo interesado sino un sentimiento de rebeldía ante las injusticias del presente.
A final sólo sabemos una cosa: la idea de Dios existe. Ha ayudado y ayuda a muchos seres humanos a superarse, tener más fortaleza moral y vivir con esperanza y también ha confirmado en otros el afán de poder, la intolerancia y el odio. Pero ¿podría ser Dios una buena idea para todos?. Recordemos que también son ideas palabras como Justicia, Verdad, Dignidad...Pues bien, a esa pregunta yo respondería hoy positivamente y no se me ocurre mejor manera de argumentarlo que recurriendo a una película: "El señor de los anillos". En un determinado momento Frodo le dice a Sam: "y tú ¿por qué luchas?" Sam le responde: "Yo lucho porque la bondad pueda reinar en este mundo". Si Dios se entiende como la esperanza, el deseo y la posibilidad de que la bondad humana derrote en algún momento a la miseria moral, a la injusticia y a la crueldad, entonces todos los que tenemos este deseo, armados cada uno con su esperanza (una esperanza comprensiva, misericordiosa y desprovista de fanatismo e intolerancia) todos podremos encontrarnos en ese camino, y entonces el triunfo de Dios significará el éxito de nuestra especie.

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